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Cuando piensas en comida para llevar en Albacete, es fácil imaginar platos contundentes, salsas caseras, croquetas que te transportan a casa de tu abuela y arroces con ese toque “como de domingo”. Pero ¿y si hoy te apetece algo más ligero, saludable, pero igual de sabroso? Ahí entra en escena una de las joyas menos ruidosas pero más deliciosas de la cocina: la trucha al horno.
Sí, has leído bien. En Don Asado, entre cocidos, solomillos y sopas, también tenemos hueco para platos tan nobles como este. Porque sabemos que hay días en los que el cuerpo te pide suavidad… pero la boca no quiere renunciar al sabor.
La trucha es como esa persona que no necesita llamar la atención para ganarse a todo el mundo. No tiene el bombo del salmón, ni la fama de la lubina, pero se cuela en el corazón (y el paladar) de quien la prueba.
Es un pescado de agua dulce, con una carne suave, sabrosa y jugosa. No repite, no empalaga y no necesita demasiados adornos para brillar. Eso sí: lo importante es saber tratarla bien. Y en Don Asado, de eso sabemos un rato.
Nuestra trucha al horno está pensada para que la disfrutes sin complicarte. Nosotros nos encargamos de prepararla, cocinarla con cariño y dejarla en su punto justo, lista para que tú la recojas o la pidas a domicilio y solo tengas que abrir el recipiente y decir “¡qué bien huele esto!”.
Muy sencillo: con lo que tiene que tener. Nada de disfrazarla. Le ponemos un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, unos ajitos bien picados, perejil fresco y su toque de sal. La acompañamos con una cama de patatas al horno que absorben parte del jugo del pescado y se quedan para hacerles la ola.
¿El resultado? Una trucha tierna, jugosa, con la piel crujiente por fuera y un aroma que conquista sin hacer ruido. Ligera, pero con personalidad. Y lo mejor: lista para comer donde tú quieras.
La trucha al horno es ese plato comodín que sirve para todo. ¿Comida de diario en el trabajo? Perfecta. ¿Cena ligera pero con nivel en casa? También. ¿Tienes invitados y no quieres complicarte? Quedas como un chef sin levantar un dedo.
Además, combina con casi todo. Puedes acompañarla con una ensalada, unas verduras salteadas, arroz blanco o incluso unas verduritas asadas si quieres ir full healthy. Y si quieres saltarte la dieta ese día (que oye, también está bien), la trucha con un buen pan para mojar en el aceite del fondo… eso es gloria bendita.
Aparte de estar de rechupete, la trucha es un pescado con muchísimas propiedades. Aquí te soltamos algunas (porque comer bien también tiene que ver con cuidarse):
Así que sí, comer trucha al horno es una de esas decisiones que tu cuerpo te va a agradecer. Y si además está rica como la nuestra, pues mejor que mejor.
Buena pregunta. Podrías hacerla tú en casa, claro que sí. Pero entre que compras el pescado, pelas patatas, picas el ajo, limpias la bandeja del horno y luego friegas todo… ya te has comido la mañana.
En Don Asado, te lo damos hecho. Como si lo hubiera cocinado tu madre. Con producto fresco, bien tratado y con el punto justo de horno para que la trucha no quede ni seca ni cruda. Y con patatas que no son un acompañamiento, sino una delicia en sí mismas.
Además, puedes pedirla para llevar en Albacete cuando quieras: entre semana, el finde, para comer en el trabajo o para darte un homenaje en casa. Sin líos, sin fregar y sin encender el horno.
La trucha al horno se lleva bien con todo. Puedes organizar un menú redondo pidiéndola como plato principal y añadiendo alguna de nuestras sopas de primero (una sopa de ave o una minestrone, por ejemplo), o acompañarla con una ensalada de palitos o unos espárragos con jamón para abrir boca. ¿Y de postre? Pues lo que tú quieras, pero si tienes un hueco, nuestras natillas caseras o un buen arroz con leche no te van a fallar.
En un mundo donde todo va rápido, a veces solo queremos comer bien, sin líos, sin culpa y con sabor. Y ahí es donde entra la trucha al horno de Don Asado. Un plato sano, sabroso, elegante y sin pretensiones, perfecto para quienes saben que lo sencillo, cuando está bien hecho, es lo que de verdad conquista.
Así que ya lo sabes: si hoy no te apetece cocinar, pero quieres comer como un rey (o una reina), haz tu pedido en Don Asado y llévate una trucha al horno que te va a alegrar el día.
Pide. Calienta si hace falta. Sirve. Come. Y sonríe. La cocina casera también sabe a mar.
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